VALLE DEL ITATA

Con más de 500 años de historia el Valle del Itata, una de las zonas vitícolas más antigua del país

El vino es una bebida que ha estado siempre en la memoria cotidiana de Chile.
La actividad vitivinícola es parte de la cultura y patrimonio nacional.

Con más de 500 años de historia el Valle del Itata, una de las zonas vitícolas más antigua del país y cuyo nombre significa “pastoreo abundante” en mapudungún, ya que eran los mapuches quienes habitaban el lugar antes de la llegada de los conquistadores, se ubica geográficamente en la región de Ñuble.

Rodeado por los ríos Ñuble e Itata alberga las zonas de Chillán, San Nicolás, Coelemu, Quillón, Bulnes, Ránquil, Portezuelo, entre otras comunas, constituyendo la regiónvitícola más extensa del sur de Chile.

Cuenta con 3.735 km2 en donde se destacan por cantidad de hectáreas plantadas las cepas Moscatel de Alejandría, Sauvignon Blanc y Chardonnay, entre las blancas, asícomo País, Cabernet Sauvignon y Cinsault entre las tintas; las cuales se mezclan en un paisaje lleno de contrastes, entre lo árido y frondoso, así como rodeadas porplantaciones de pinos y eucaliptus.

De suelos arenosos, graníticos y ricos en minerales, los cuales permiten una alta productividad de las parras, el Valle del Itata, abraza a un conjunto de viñateros quienesse aferran a mantener de manera más íntegra la clara expresión e identidad del terroir.

COELEMU

Viñedos Magdalena Alto y Huaro

Viticultor en Magdalena Alto: Juan Esteban Arteaga.
Viticultor en Huaro: Alfredo Risopatrón.

A unos 480 kilómetros al sur de Santiago, y a sólo 20 km del Océano Pacífico, se encuentran las localidades de Magdalena Alto y Huaro, en la comuna de Coelemu, en el secano costero. Este lugar está rodeado de pequeñas colinas cubiertas por antiguas viñas plantadas en pie franco y conducidas en sistema de cabeza. Estas viñas dependen exclusivamente de las lluvias para su hidratación, ya que no cuentan con un sistema de riego. Estas condiciones nos permiten obtener vinos con una gran acidez natural y frescura, cualidades típicas del clima mediterráneo costero.

Con suelos arcillosos y situadas a unos 250 metros sobre el nivel del mar, las viñas de Magdalena Alto y Huaro producen excelentes exponentes de las variedades Moscatel de Alejandría y Cinsault, con vinos de gran frescura y expresión aromática.

Las viñas de Moscatel de Alejandría y Cinsault, con entre 30 y 50 años de antigüedad, son parte de los viñedos patrimoniales del valle del Itata, un legado vitivinícola que sigue dando frutos. Estas viñas producen alrededor de 5.000 kilogramos por hectárea en el caso de la Moscatel de Alejandría y 6.000 en el caso del Cinsault, lo que nos permite obtener vinos con mayor concentración de extractos y aromas.

CHILLÁN

Viñedo Huape - Caserío de Linares

Viticultor: Ricardo Vasquez

Quinchamalí es un pequeño poblado ubicado en la Región de Ñuble, dependiente de la comuna de Chillán. El viñedo se encuentra a 420 kilómetros al sur de Santiago, se sitúa a tan solo 21 kilómetros al suroeste de la ciudad de Chillán, a lo largo del Camino a Huape.

El viñedo se encuentra específicamente en el Caserío de Linares. Este pequeño viñedo abarca apenas 3 hectáreas y presenta suaves lomajes con una óptima exposición solar durante todo el día. El suelo es granítico-arcilloso y tiene una alta presencia de piedras de cuarzo. Además, el viñedo cuenta con un sistema de riego por goteo y se practica una agricultura ecológica.

En este subvalle, se desarrolla un microclima que otorga características únicas a las uvas, protegido de los vientos y con una excelente concentración de calor durante el día. Esta combinación, junto a las frías noches del valle, favorece una maduración lenta y uniforme, ideal para nuestros futuros vinos: Carménère, Cabernet Sauvignon, Syrah y Petit Verdot.

CHILLÁN VIEJO

Viñedo Incógnito de Larqui - Caserío de Maule Larqui (Rucapequén)

Viticultores: Heinrich Männle y Martin Männle

Rucapequén es un pequeño poblado ubicado en la Región de Ñuble, dependiente de la comuna de Chillán Viejo. El viñedo se encuentra a 430 kilómetros al sur de Santiago, se sitúa a tan solo 24 kilómetros al suroeste de la ciudad de Chillán.

Con más de 70 años de antigüedad, el viñedo de 9 hectáreas alberga las cepas de Cabernet Sauvignon, Malbec, País, Pinot Noir, Pinot Blanc, Pinot Gris, Semillón, Chasselas, y otras variedades desconocidas.

El viñedo se encuentra a pocos metros del río Larqui y se extiende sobre suaves lomas, con suelos de origen aluvial y textura franco limoso-arcillosa, mezclados con trazas volcánicas.

Las viñas fueron plantadas en pie franco y son conducidas en sistema de cabeza. Estas viñas dependen exclusivamente de las lluvias para su hidratación, ya que no cuentan con un sistema de riego. El viento, junto con el calor del verano que oscila entre los 33°C durante el día y los 15°C por la noche, recorre cada rincón del viñedo, favoreciendo su aireación y fortaleciendo las profundas raíces de estas antiguas cepas. Este es el resultado de un trabajo sinérgico entre la dedicación humana y las bondades de la naturaleza.

BULNES

Viñedo Männle

Viticultores: Heinrich Männle y Martin Männle

Bulnes es una comuna ubicada en la provincia de Diguillín, dentro de la Región de Ñuble, a 433 kilómetros al sur de Santiago y a 25 kilómetros al sur de Chillán.

El viñedo, plantado en 2020, está situado junto a nuestra bodega de vinos. Abarca una hectárea y cuenta con 1.500 plantas de Merlot y 1.500 de Carménère. Desde hace más de 15 años no se aplican pesticidas, lo que nos permite practicar una agricultura ecológica y sostenible.

Ubicado a 80 metros sobre el nivel del mar, en una zona llana del Valle del Itata, disfrutamos de condiciones climáticas optimas. El calor del verano y las frías noches crean un contraste térmico que favorece la maduración lenta de las uvas, mientras que la constante aireación ayuda a mantener las plantas sanas.

El suelo, de origen aluvial y compuesto por limo, arcilla y arena, proporciona un soporte ideal para las vides. En los primeros 20-30 centímetros, mantenemos una buena cantidad de materia orgánica gracias al compost que agregamos, y la presencia abundante de lombrices indica un suelo saludable. A partir de un metro de profundidad, se encuentran depósitos de carbonato de calcio y otros minerales que nutren las plantas, mejorando la calidad de las uvas y, por lo tanto, la de nuestros vinos.